Hoy es un día histórico para las víctimas del conflicto armado. Por primera vez, en más de 20 años, las autoridades lograron identificar a dos de las personas que fueron enterradas en La Escombrera, en la parte alta de la Comuna 13 de Medellín.
Recordemos que en este lugar se ejecutaron 34 operaciones militares entre 2001 y 2004, siendo la Orión y la Mariscal, las más recordadas.
El tema de La Escombrera, considerada la fosa común a cielo abierto más grande del mundo, cobró mayor relevancia desde diciembre del año anterior. Desde ese mes, hasta hoy, fueron encontradas, por primera vez, cuatro estructuras óseas.
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Fue así como el Instituto Nacional de Medicina Legal logró la identificación de dos personas, víctimas de desaparición forzada en 2002.
Se trata de una mujer de 20 años y un hombre de 28, ambos provenientes de sectores populares de la ciudad, pertenecientes a población vulnerable y con proyectos de vida.
Ninguna de las dos víctimas tenía antecedentes penales, investigaciones, condenas ni registros en archivos de inteligencia.
De la joven se sabe, según las denuncias de su familia, que salió de su casa a las 7:00 p.m. del 30 de julio de 2002 para asistir a una reunión.
Estaba organizando actividades competitivas como coordinadora de un grupo juvenil deportivo. Esa noche, al parecer, miembros armados del Bloque Cacique Nutibara, que meses antes se habían instalado en San Cristóbal, irrumpieron en la reunión y se la llevaron.
El 31 de julio, aún en poder de sus captores y con la esperanza de ser liberada, le permitieron llamar a su madre para informarle que había recibido órdenes de desplazarse. Esa fue la última vez que se tuvo noticias suyas.
Desde entonces, según la información consignada en los expedientes judiciales, la Fiscalía General de la Nación ha investigado el caso como una desaparición forzada atribuida a la estructura paramilitar liderada por Diego Fernando Murillo, conocido como ‘Don Berna’.
Al parecer la joven habría sido trasladada viva desde el corregimiento de San Cristóbal, donde operaba abiertamente una base paramilitar, hasta La Escombrera, donde funcionaba otra. Allí fue asesinada y enterrada.
En el caso del joven de 28 años, la Fiscalía General de la Nación también asocia su crimen al Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC), en posible colaboración con la estructura conocida como Frente José Luis Zuluaga, entonces liderada por Luis Eduardo Zuluaga, conocido como ‘Mc Giver’.
De este segundo caso se sabe que la víctima estaba en condición de discapacidad física y mental, padecía epilepsia y se desplazaba con dificultad, lo que lo hacía particularmente vulnerable.
Vivía en casa de sus padres y generaba algunos ingresos como vendedor ambulante. El 13 de octubre de 2002 a las 7:30 de la mañana salió de su hogar, ubicado en el barrio Belencito, y desde ese día su familia no volvió a tener noticias sobre su paradero.
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